2009/12/01

Mi media naranja

En una conversación con apoderados sobre la responsabilidad educativa y sobre el lugar en que debería estar el acento, si en los colegios o en la familia, mi planteamiento ha sido siempre destacar particularmente la enorme importancia que tiene el ámbito familiar. Entonces, a lo menos mitad y mitad, si no una mayor preponderancia en el seno hogareño.

Sin embargo en esa reunión escuché a una apoderada afirmar que debería estar cien por ciento en el colegio y también cien por ciento en la familia. Hmmm… esta afirmación me trajo el recuerdo de un cuento que dice más o menos así:

“El Maestro habló de las relaciones de pareja y de la disposición ansiosa de algunas o algunos a encontrar “mi media naranja”.

- “Esta expresión supone que una relación de pareja, en el sentido de una relación que está interesada en lograr una estabilidad por un tiempo prolongado, es como una naranja. En esa imagen yo soy una mitad de la naranja y busco la otra mitad, que está en algún lado y que encajará perfectamente conmigo, formando una naranja completa, hermosa, donde la sutura de unión será casi o totalmente imperceptible”, dijo con una sonrisa apenas perceptible.

Y luego el Maestro planteó una pregunta: - "¿con que porcentaje debo contribuir yo a la formación de la naranja?"

Ninguno de los que escuchábamos respondió nada, porque suponíamos que la pregunta no era ingenua. Pero internamente pensamos con absoluta firmeza y claridad: " ¡con el cincuenta por ciento!... yo pongo mi parte y tú pones la tuya... y así estamos seguros que no faltará nada y además será una relación equilibrada".

El Maestro respondió: - "¡con el cien por ciento!"

Y continuó: - "Ciertamente la relación no va a funcionar si uno pone cien por ciento y el otro pone cero por ciento. Tampoco va a funcionar si uno pone cien y el otro cincuenta. La relación va a funcionar si ambos se ponen en un cien por ciento Así se obtendrá una relación abundante, fructífera y duradera. Y una relación de pareja así tiene espacio para que alguno de sus miembros falle, un poco, durante un tiempo, y después, quizás el otro. Esta reflexión se aplica con facilidad a las relaciones hombre-mujer, ya sea matrimonio o algo parecido. También se puede aplicar a relaciones de amistad, o a relaciones familiares y también a sociedades…. ¿cómo estás con tu socio?...”

Pues sí, la relación entre familias y colegios se puede entender como un matrimonio en que todos ponemos el cien por ciento de dedicación a la mejor formación de nuestros hijos-alumnos. Y es meridianamente claro que los tiempos en que las familias encargaban a sus hijos al colegio ya pasaron… para no volver.

Pedro Domancic / Maestro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Interesante juego matemático donde dos aportan un 100% y uno obtiene como promedio, otro 100%

Antonio Canosa