2009/12/13

Cuida tu medioambiente

Cuidar el medioambiente ya es hoy parte de la cultura popular. Pero no siempre fue así. Hace cuarenta o cincuenta años ni siquiera la palabra medioambiente era muy conocida y requería una explicación. Mucho menos eran conocidos conceptos más técnicos como ecosistema, ecología o biosfera. Sin duda no éramos tan concientes, como lo somos ahora, del delicado equilibrio necesario para la existencia y mantención de la vida en el planeta Tierra. Incluso las primeras exploraciones extra terrestres, que hicieron necesario el envío de seres humanos en una estrecha nave espacial, con un manejo muy cuidadoso de suministros y desechos, nos hicieron caer en un abrupta conciencia que nuestra querida tierra no era un espacio infinito sino una simple esfera con recursos limitados que se podían acabar y que teníamos que cuidarla tal cual una nave del espacio.

Mirado así, cuidar el medioambiente es en realidad una necesidad vital, se nos va la vida en ello… y la de nuestros hijos. O cuidamos el medioambiente o nos morimos. Así de simple y dramático.

¿Y qué significa cuidar el medioambiente? Bueno, sin duda estar atentos y apoyar las grandes causas. No obstante la voracidad energética de la raza humana, la producción de energía no puede realizarse a costos irreparables, como algunos daños que pueden producir los proyectos hidroeléctricos o la generación de energía nuclear con pocas precauciones respecto de los desechos. También la devastación del Amazonas nos deja sin respiración, lo mismo que la tala indiscriminada de tantos bosques en el mundo sin adecuados planes de reforestación. La contaminación del aire y de las aguas… en fin.

Todo esto está muy bien. Sin embargo también el cuidado del medioambiente es muy importante en los pequeños detalles. No tendremos un planeta Tierra que sobreviva si no educamos a los niños en el cuidado. Y a los niños se les educa con el ejemplo.

¿Crees que tus hijos no sospechan algo extraño si les hablas de lo malignas que son las hidroeléctricas y al mismo tiempo botas desperdicios a los caminos, mientras vas en auto? ¿O qué pensarán cuando alegas contra la destrucción del Amazonas mientras fumas un cigarrillo?

Cuidar el plantea también significa cuidar las cosas más simples de la vida, los pequeños detalles. Si no eres capaz de cuidar eso pequeño, que está al alcance de tu mano, entonces tus luchas resultan vacías. Si no eres capaz de limpiar y eliminar adecuadamente tu propias suciedades, entonces tus manifestaciones vociferantes valen nada. Con mayor claridad: si cuando haces un paseo a la montaña no eres capaz de hacer un hoyito en la tierra, suficientemente profundo para recibir tus deposiciones y traerte el papel higiénico sucio devuelta, mejor no alegues.

Cuidar tu medioambiente comienza por cuidarte a ti mismo. El medioambiente comienza por ti. Si te haces daño me dañas. Si te cuidas me cuidas. Cúidate y ya estarás cuidando el medioambiente de todos. Cuida tu salud, haz ejercicios, corre.

A propósito de correr, los maratonistas ¿cuidan el medioambiente? Por supuesto que sí. A lo menos corren, hacen ejercicio, cuidan su salud. No cabe dudas que un maratonista gusta del aire libre, seguro que además de correr hace excursiones, visita la playa y la montaña, ama la naturaleza y seguro hacen un hoyito para sus deposiciones y se traen el papel de vuelta… o no?... ¿será así?. En realidad no estoy seguro.

Cuando me han preguntado qué es lo más difícil de correr maratones, si levantarse de la cama para ponerse las zapatillas y salir a correr, o superar el cansancio real, o atravesar la “pared”, debo reconocer que para mí una cosa muy difícil es comenzar. Pasar de ese campo de ensoñación donde sólo imagino que quizás me levante y me ponga a correr, mientras una inercia terrible me mantiene relajadamente apresado por la gravedad, cobijado, calentito… hasta de repente lograr ponerme las zapatillas e iniciar el movimiento… ah!, eso es muy difícil. Pero no es lo peor. Lo más difícil para mí ha sido correr con un vasito de cartón en la mano hasta encontrar un basurero donde botarlo.

En las maratones, una parte importante del cuidado de los corredores es la hidratación. Entonces cada cinco kilómetros hay puestos que entregan agua o líquidos especiales hidratantes en pequeños vasitos de cartón. Y luego queda el reguero de vasitos botados en el suelo, simplemente tirados con una indolencia abismante. Esa imagen dolorosa pone en seria duda que a los maratonistas les interese el medioambiente.

- “No te preocupes”, me dijo un amigo, “lo que pasa es que la tensión de la carrera hace imposible estar preocupado de donde botar el vasito y además la misma empresa que entrega el agua tiene la responsabilidad de limpiar”… hmmm… entonces es peor… no puedo dejar de imaginar a mis colegas maratonistas como niñitos corriendo con pañales mal puestos, dejando caer sus inmundicias, esperando que vaya detrás la nana limpiando todo. La “cultura de nanas” es lo peor en la educación de nuestros hijos.

Pedro Domancic / Maratonista

2009/12/01

Mi media naranja

En una conversación con apoderados sobre la responsabilidad educativa y sobre el lugar en que debería estar el acento, si en los colegios o en la familia, mi planteamiento ha sido siempre destacar particularmente la enorme importancia que tiene el ámbito familiar. Entonces, a lo menos mitad y mitad, si no una mayor preponderancia en el seno hogareño.

Sin embargo en esa reunión escuché a una apoderada afirmar que debería estar cien por ciento en el colegio y también cien por ciento en la familia. Hmmm… esta afirmación me trajo el recuerdo de un cuento que dice más o menos así:

“El Maestro habló de las relaciones de pareja y de la disposición ansiosa de algunas o algunos a encontrar “mi media naranja”.

- “Esta expresión supone que una relación de pareja, en el sentido de una relación que está interesada en lograr una estabilidad por un tiempo prolongado, es como una naranja. En esa imagen yo soy una mitad de la naranja y busco la otra mitad, que está en algún lado y que encajará perfectamente conmigo, formando una naranja completa, hermosa, donde la sutura de unión será casi o totalmente imperceptible”, dijo con una sonrisa apenas perceptible.

Y luego el Maestro planteó una pregunta: - "¿con que porcentaje debo contribuir yo a la formación de la naranja?"

Ninguno de los que escuchábamos respondió nada, porque suponíamos que la pregunta no era ingenua. Pero internamente pensamos con absoluta firmeza y claridad: " ¡con el cincuenta por ciento!... yo pongo mi parte y tú pones la tuya... y así estamos seguros que no faltará nada y además será una relación equilibrada".

El Maestro respondió: - "¡con el cien por ciento!"

Y continuó: - "Ciertamente la relación no va a funcionar si uno pone cien por ciento y el otro pone cero por ciento. Tampoco va a funcionar si uno pone cien y el otro cincuenta. La relación va a funcionar si ambos se ponen en un cien por ciento Así se obtendrá una relación abundante, fructífera y duradera. Y una relación de pareja así tiene espacio para que alguno de sus miembros falle, un poco, durante un tiempo, y después, quizás el otro. Esta reflexión se aplica con facilidad a las relaciones hombre-mujer, ya sea matrimonio o algo parecido. También se puede aplicar a relaciones de amistad, o a relaciones familiares y también a sociedades…. ¿cómo estás con tu socio?...”

Pues sí, la relación entre familias y colegios se puede entender como un matrimonio en que todos ponemos el cien por ciento de dedicación a la mejor formación de nuestros hijos-alumnos. Y es meridianamente claro que los tiempos en que las familias encargaban a sus hijos al colegio ya pasaron… para no volver.

Pedro Domancic / Maestro

2009/10/15

No estoy ni ahí

Ésta es una de las expresiones que uno suele escuchar en los jóvenes. También es una de las frases que creemos escuchar en los jóvenes aunque no la digan. Es la caricatura, el encasillamiento, así son: ¡qué diablos!... pero, ¿serán así?, ¿todos?

La Universidad Universal (1) , la que nos educa a todos, grandes y chicos y la que nos enseña sólo o casi únicamente las aristas escabrosas, las puntas más agudas de la sociedad, nos hace caer, casi inexorablemente en la generalización que esta pequeña muestra de desastres es la realidad: así es todo, así son todos… y en el caso de los jóvenes… pues “no están ni ahí”, entre otros juicios, cada uno peor que el anterior.

Sin embargo en los primeros días de octubre, jueves y viernes, se realizó en un colegio cordillerano, de la zona sur de Santiago, un Encuentro de Filosofía de Estudiantes Secundarios, donde participaron cada día más de doscientos alumnos, de diversos colegios, de III Medio el primer día y de IV Medio el día siguiente.

Los Ensayos (2) , presentados por sus propios autores, estudiantes, fueron escuchados con profunda atención por este numeroso público juvenil. Y posteriormente se abrió un espacio para el debate, consultas, comentarios, contradicciones y también valoración y felicitaciones.

Los estudiantes navegaron con pasmosa claridad por innumerables temas profundos, tomados de sus vivencias cotidianas, asumiendo que son parte de sus propias experiencias y analizándolos con enorme apertura, incluso con desenfado. Reconociendo las contradicciones en que están inmersos y apuntando nortes con enorme claridad. Y el público no les fue en zaga, presentando un seguimiento atento y respetuoso, tomando notas y después haciendo preguntas, opinando y rebatiendo, incluso en discusiones acaloradas.

Sin duda un mérito enorme en estos jóvenes, donde se refleja con claridad un ámbito de apoyo importante en sus profesores y maestros, así como también en el cobijo creador del cariñoso seno familiar.

La verdad, una experiencia muy sorprendente y esperanzadora. Los jóvenes, no son sólo carrete, dispersión o nihilismo. Hay muchos de ellos que “sí están aquí”, observando, analizando, pensando e imaginando un mundo mejor.

Cabe destacar que este Encuentro de Filosofía ya va en su décima versión anual, con una participación creciente y siempre muy destacada. Los jóvenes realmente se han mostrado a la altura del “Congreso Nacional de Filosofía en Chile” (3), que también se realizó a comienzos del mes de octubre, en la Biblioteca de Santiago.

Pedro Domancic / Profesor

Publicado en Revista Todo Pirque N°152 / Noviembre 2009 / www.todopirque.cl

(1) La Televisión y en menor medida los medios de comunicación escritos.

(2) Pueden ser leídos y comentados en www.encuentrodefilosofia09.blogspot.com. También se pueden conectar allí los Encuentros de los años 2007 y 2008.

(3) Ver www.congresofilosofia.cl

2009/09/01

La vida es una maratón

Querida hija,

Tu mamá me ha contado de tus angustias por los exámenes que te abruman, porque los estudios universitarios te parecen ya un esfuerzo exasperante y que tienes ganas de tirar todo por la borda. Me cuenta también de las penas que te causa todo este esfuerzo…

Querida hija, la vida completa es como una gran sala de clases: el aprendizaje comienza en el primer beso de dos células y termina cuando salimos a recreo, con la campana de nuestro último suspiro.

También se puede decir que la misma vida, como los estudios y como tantos proyectos que uno emprende al interior de esta "escuela", son como las maratones.

No hay aprendizaje, no hay avance si uno no queda con los músculos un poco adoloridos. Esa es la señal que se creó fibra muscular permanente.

Para lograr este resultado no queda otra que tener fuerza de voluntad y persistencia. Además, por supuesto, de entrenamiento, alimentación e hidratación adecuadas. Y por supuesto muchas otras cosas como ganas, entusiasmo, pasión, gusto por lo que se está haciendo: de ahí se obtiene la energía para moverse... la voluntad y la persistencia son para seguir cuando se presenten las dificultades.

Hay varios momentos en una maratón donde esas habilidades, voluntad y persistencia, son especialmente necesarias.

Primero y de todos modos, al comienzo, para levantarse, vestirse, ponerse las zapatillas, salir de la inercia y “echar a andar la máquina”. Después se corre bien hasta que se produce un primer cansancio, las primeras ganas de parar, que corresponden a un cansancio sicológico más que físico... primer momento en que hay que darse ánimo para seguir no más. Eso pasa luego... entonces se puede seguir corriendo con facilidad, por un período largo... hasta que viene el segundo cansancio... este sí que es real... no es sólo sicológico... efectivamente las reservas de energía se van agotando... y no obstante se puede seguir adelante... con voluntad y persistencia...

Y todavía hay un tercer cansancio, que es terrible, tanto que se llama “la pared". Parece que hubiera un muro invisible que no te deja avanzar y es imposible hacer cambio de ritmo o pensar algo... se sigue sólo por inercia, con el único ánimo de llegar y poder leer la palabra Meta en algún momento.

No obstante todas estas caracterizaciones que te animan a seguir más allá de los dolores que significan el esfuerzo, hay que tener mucho cuidado con no sobrecargarse, no pasar más allá de los límites, pues se pueden producir desgarros musculares difíciles de curar... entonces, cada uno, en conocimiento de su propio cuerpo, de sus propios recursos y habilidades, de sus propias reservas de energía, debe forzarse hasta ese límite prudente que logra producir fibra muscular sin producir desgarros.

Por eso es de muuuuuucha importancia alternar ritmos de esfuerzo con ritmos de descanso (de descanso real, querida hija... los carretes no son descanso... son relajo y dispersión sicológica, que también tienen algún valor, peron no son descanso real).

Otra cosa: en muchas carreras he visto llegar a los corredores a la meta, incluso a los que ganan, y ponerse a llorar. Yo mismo he sentido ganas de llorar, producto de ese esfuerzo máximo. Lo he visto incluso en el cross country del colegio.

Mi conclusión es que es una reacción natural, cuando uno se esfuerza mucho en alguna "maratón", sentir un poquito de angustia y ganas de llorar... No dejes que ese sentimiento te domine, sólo obsérvalo, ámalo, acéptalo con naturalidad... también es una muestra de la emoción que produce la presencia del Amor en tu vida.

Entonces, querida hija, te deseo mucho ánimo en tu fase final de esta "maratón" en la que estás, esfuérzate lo más posible sin producir desgarros, acepta y ama ese poquito de angustia que puedes sentir y sigue adelante hasta cruzar la meta... y la nota que obtengas no tiene ninguna importancia, puede ser un cuatro, un cinco, un seis o un siete... Porque el valor, el oro, estaba en el camino no en la meta.

Incluso puedes reprobar una o varias asignaturas y no tiene importancia... el oro estaba en el camino y no en la meta. Hay un dicho por ahí que dice... "si pierdes, no pierdas la experiencia"... Se puede agregar también: "si ganas, no pierdas la experiencia", no pierdas el viaje... (si te queda un minuto lee "Viaje a Itaca" de Konstantinos Kavafis... obviamente lo puedes googlear).

De más está decirte que si estas haciendo algo para quedar bien con tu papá o con tu mamá, te puedes sentir totalmente liberada de ese sentimiento o de ese compromiso... lo haces exclusivamente por ti... Yo y tu mamá ya nos sentimos muy felices por tu camino, no por tus Itacas.

Estoy seguro que si se buscan las raíces profundas de la palabra Meta, más allá de las raíces griegas o latinas, se encontrará que su significado es Mí Mismo.

Un abrazo por el lado izquierdo... o sea de corazón a corazón!

Pedro Domancic / Papá

Publicado en Revista Dedal de Oro N°50 / Primavera 2009 / www.dedaldeoro.cl


2009/08/06

La maravillosa sociedad de hoy

Este juicio sin duda no plantea una verdad evidente. Tanto es así que si uno escucha a alguien decirlo, de inmediato viene la necesidad de mirarlo a los ojos para percibir el gesto mínimo, la mueca apenas perceptible, para ver si lo que está planteando es en serio o sólo quiere ironizar. Incluso se puede llegar a afirmar que una declaración de este tipo no puede sino ser una ironía, casi un sarcasmo.

Sin embargo es absolutamente cierto que el mundo actual está totalmente impregnado de maravillas. Son tantas, de tan diversa índole, tan abundantes e inmediatas que ya no nos llaman la atención, ya superaron nuestra capacidad de sorprendernos. De hecho si alguien afirmara que hoy, en este preciso momento hay cientos de invenciones, nuevos conocimientos y nuevas capacidades que están a punto de dar a luz, todo el mundo (especialmente los jóvenes) lo miraría y diría “sí, bueno, y…?”

Antes los inventos, cada uno de ellos, causaba un gran revuelo mundial. Hoy, salvo casos muy excepcionales, son parte de la rutina. Para que nos vamos a preocupar de eso si muy pronto aparecerá una aplicación en las vitrinas que además se venderá muy barata (bueno, será cara al principio, pero muy rápido, en no más de un año será barata).

Si escarbamos un poco en la costra de insensibilidad con que nos hemos recubierto, quizás para no volvernos locos con el loco mundo de hoy, realmente uno empieza a abismarse con lo que está pasando en este momento y ya produce un cierto cosquilleo imaginar qué pueda depararnos el futuro.

Podemos recordar que hubo una época en que se afirmaba con vehemencia que el planeta tierra no sería capaz de alimentar a una población creciente y se producirían hambrunas terribles. La realidad de hoy es que la capacidad de producir alimentos es infinitamente mayor que las necesidades de la población mundial y, paradojalmente, la mayor dificultad en algunos países es precisamente el sobrepeso.

Y la salud logra avances notables en el control de enfermedades, donde algunas de ellas prácticamente se han eliminado del planeta. Incluso cuando aparece una epidemia pasa a ser noticia y lo que antes duraba años hoy se controla en sólo algunos meses.

Profundizando más aún en este campo, el nivel de avance en biología es tan notable que ya surgen barreras éticas, más que tecnológicas, que sugieren detenerse y no seguir avanzando en esta área del conocimiento y de la tecnología. Algunos afirman que en el futuro cercano se considerará el siglo XXI como el de la biología, opacando incluso la deslumbrante omnipresencia de la cybernética.

Y el enorme perfeccionamiento de las industrias más diversas, que han logrado tal capacidad de producción que hacen que los precios de venta de muchos productos, incluso de alta complejidad, sean francamente irrisorios. En este sentido la situación más paradigmática, casi extravagante, es la de una industria que está entregando productos gratuitos y no obstante es capaz de producir una de las mayores riquezas personales en su dueños (1).

Y sin duda el manejo de la información, el conocimiento y el aprendizaje es hoy abismante. Sólo como ilustración se puede destacar que hoy día el avance en el conocimiento en nuestros niños ya no se produce exclusivamente en el colegio, ni en la familia, tal como se producía hasta hace sólo unos pocos decenios atrás.

Bueno, con estos pocos ejemplos, de cientos que se podrían dar, el valor de certeza que empieza a tomar la afirmación del titular empieza a ser indestructible.

Y entonces ¿de donde viene ese sabor de ironía que de todos modos se desliza?... porque sigue pareciendo irónico, no?; porque algo de las tantas maravillas que nos rodean no nos gusta, no?; algo nos duele, aunque no tengamos las razones y sólo tengamos los sentimientos. Quizás sea la foto de ese niño de piel azabache y ojos enormes, con el pellejo pegado al espinazo, en algún rincón de Africa; o quizás el aire oscuro, irrespirable; o el escalofrío en la espalda por ese hijo que chocó el auto porque andaba con trago, aunque afortunadamente no le pasó nada y no quedó como ese otro auto, retorcido sobre la baranda de un puente. O quizás sea esa angustia y cansancio impregnado en los huesos, de tanto correr buscando no se qué… porque felices no estamos, no?.

Algunos analistas sesudos plantean que en el futuro los colegios no serán necesarios. Incluso que las familias tampoco, pues de hecho ya casi no existen con el mismo sentido de antaño. Seguro no escucharon la charla del Profesor Gadamer donde simplemente preguntó: “¿El profesor, enseña lo que sabe o enseña lo que es?”, apuntando a que la verdadera enseñanza no está en la información sino en la formación de seres humanos y que en esto el profesor, el maestro es imprescindible, del mismo modo que el padre y la madre y el seno del ámbito familiar.

Pedro Domancic / Crítico

Publicado en Revista Todo Pirque N°150 / Septiembre 2009 / www.todopirque.cl

(1) Me refiero a Google que ha instalado el paradigma de la gratuidad, planteando un pie forzado a su competencia.

2009/07/02

¿Que hacen los ingenieros en Educación?

Este era el título de un seminario que realizó el Colegio de Ingenieros, a fines de Abril. Contó con la asistencia de la Ministra de Educación, Mónica Jiménez y de algunos ingenieros que desarrollan variadas experiencias en educación, Mario Waissbluth entre ellos.

El seminario y el título no eran ingenuos; también se podría haber titulado: “¿Qué tienen que meterse los ingenieros en educación?” o, quizás, más agudamente: “¿Con qué ropa?”.

Si bien se presentaron varias experiencias interesantes en educación, desde variados puntos de vista, sin duda la motivación central era la explosión producida por Educación 20 20.

Mario Waissbluth escribió un artículo en la revista Qué Pasa, en agosto del año pasado, advirtiendo el desastroso estado en que está la educación en Chile y obligándonos a ver lo que de tan visto ya nos resulta transparente. Entonces se desata un escándalo, más doloroso aún porque ni siquiera era algo escondido, repentinamente descubierto por una mente brillante. No, ha estado siempre delante de nuestras narices, hediendo.

Y ese artículo fue solo el detonante. La explosión la produjeron en realidad los jóvenes estudiantes de ingeniería que motivaron a su profesor a pasar de la denuncia a la acción. Y entonces surgió este movimiento… a propósito del bicentenario… ¿tendremos una mejor educación para el 2010?... ni… una posibilidad!… con suerte para el 2020!... bueno, entonces que la meta sea para el 2020… y ¿que tal si la meta es, a lo menos, equidad en las oportunidades educativas?... ¿que tal si el quintil (20%) de menos ingresos llegara a tener una educación parecida al del quintil (20%) más acomodado?... y de ahí en adelante toda una movilización en desarrollo creciente (que se puede seguir con más detalle en www.educacion2020.cl).

No obstante, de todos modos surge la prevención, debidamente sugerida por el Colegio de Ingenieros… ¿con qué ropa?. De hecho la propia Ministra de Educación, después de valorar ciertamente el aporte de los ingenieros, en la parte más sentida de su discurso, hace de todos modos una prevención: “Como ustedes están entrando al mundo de otra disciplina, de otra profesión, les pido que no entren con arrogancia. Entren con humildad, escuchando la verdad de los maestros y profesores. Escuchando todas las luchas que ellos han realizado por años y reconociendo todo lo que han hecho por años. Entren teniendo una preocupación leal por ellos, por su dignidad, por su ubicación en la sociedad y sus historias. Ustedes tienen mucho trabajo por hacer. Lo único que pido es que lo realicen con mucho amor y sabiduría”

Sin duda. Sin arrogancia, con mucho amor y sabiduría y reconociendo el valor de las personas no se puede dejar de tratar el problema con dureza. Porque es difícil, porque es un fenómeno social que excede en mucho lo que es el campo educativo. Porque ningún papá o mamá puede sentirse eximido de su responsabilidad directa, no delegada o excusada en los colegios. Porque si no hacemos fuerza entre todos NO se resuelve.

Entonces, más bien que ¿con qué ropa? es ¿por qué no?. ¿Por qué no todos metemos mano en esta sopa y hacemos fuerza conjunta por mejorarla?. Y empezando por la casa, porque si no reconocemos que la maravillosa sociedad moderna que hemos construido(1) lanzó a nuestros hijos a una navegación tempestuosa que ha hecho explotar los límites, las vergüenzas y también las neuronas, entonces no vayamos al colegio a reclamarle por las insolencias o por el carrete imparable del fin de semana.

En el campo de la educación todos somos interlocutores válidos, más aún, todos somos responsables… sin ninguna autoridad para tirar la primera piedra.

¿Y qué podemos hacer?. Bueno, comience por agregar su nombre a un listado de personas que dicen: yo estoy de acuerdo que la educación es un problema social que nos compete a todos y estoy interesado en que hagamos el máximo esfuerzo, como sociedad chilena, para que este problema sea resuelto. Todo esto en www.educacion2020.cl.

Pedro Domancic / Ingeniero

Publicado en Revista Todo Pirque N°148 / Julio 2009 / www.todopirque.cl

(1) aunque parezca no es ironía